La corrupción como dispositivo neo liberal ha generado un exitismo - elitismo que no se asienta en los valores sino en la acumulación de bienes, consumismo y exclusiones que a su vez alimenta la inseguridad en el espacio público y privado. 

Esos dispositivos configuran un conjunto de subjetividades e imaginaros en el espacio público que se apropian de conceptos como "sustentable u sostenibilidad" pero entendida desde el exitismo neo liberal. Los operadores políticos de este exitismo neo liberal han terminado coaptando intensivamente, configurando y apropiándose del espacio público, así tenemos un conjunto de arquitecturas del Club de la Construcción, J.J. Camet, Odebretch, Graña y Montero, OAS, Camargo y Correa, etc. Que en la subjetividad del ciudadano son por un lado monumentos a la corrupción y por el otro signo del exitismo neo liberal.

Esa mirada omnisciente del espacio público diseñado “por y desde” la corrupción termina determinando a donde y como transitamos, que lugares frecuentamos u evitamos, donde está el peligro y donde es seguro comprar. Es decir muchas de nuestras decisiones cotidianas terminan siendo un conjunto de intervenciones, disciplinantes, domesticaciones, represiones y deseos insatisfechas generados no solo desde nuestra subjetividad sino materializado por y desde el espacio público.

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